
Aunque me hace gracia Corbacho, pensaba que amenizaría más la velada pero un año más los chistes eran malos y las gracias muy preparadas. De los besitos con las actrices sin comentarios pero ya sabemos como son los guionistas de los Goya, poco divertidos por no decir aburridos.
Este año además, me pareció patético el discurso de la presidenta de la Academia que no había por donde cogerlo (¿Por qué no vuelves Marisa Paredes?) y la mala organización para dar los premios con tanto paseillo y los errores de algunos ni te cuento.
De todas formas, no voy a alargarme porque ni pude ver la gala entera ni tampoco me apetece enrollarme con el tema porque en cualquier otro medio os podréis documentar mejor. Pero por mucho que diga, un año más, estuve viendo los Goya un rato, porque nunca puedo dejar de verlos aunque sea un trocito… Me gusta verlos.
En un principio y hasta que me fui a dormir parecía que El laberinto del Fauno iba a ser la que arrasaría pero esta mañana he podido descubrir que ganó Volver. Por un lado, estoy contenta porque para mi era la que debía triunfar y no una coproducción hispano-mexicana pero eso si, Pedrito este año ha quedado fatal, tenía que haber ido a la gala, porque ha quedado peor que un niño cuando se enfada. Ya no me vale que tenga diferencias con la Academia ni tampoco que puede que tuviese miedo a ser derrotado por Guillermo del Toro, debería haber ido y pasar por encima esto.
Los que me conocen bastante saben que le defiendo demasiado e incluso me dicen que son una “integrista” de su cine pero estoy empezando a abrir los ojos. Este año ni siquiera estuvo en los Globos de Oro y eso ya no se le perdona. Almodóvar se comporta como un engreído resentido que ahora mismo se estará arrepintiendo porque aunque parezca que no le importa estoy segura de que le ha dolido no estar presente para recoger este premio.